El recorrido espacial y cronológico comienza con el mundo íbero, resaltando la antigüedad de la presencia humana en este lugar, de allí se accede al mundo espiritual de ermitas, conventos y santuarios que fueron surgiendo en torno a las cuevas y crestas de la zona para finalizar recorriendo toda una época en la que el lugar era frecuentado por familias en busca de descanso estival.
Al entrar en el Centro de Interpretación, lo primero que nos encontramos dentro del marco expositivo es una sala con una maqueta que comprende todo el Valle. En ella aparecen representados todos los lugares de interés del lugar, lo que nos permite situarnos muy bien en el espacio, así como planear nuevas futuras rutas. Dicha maqueta es muy realista por lo que constituye un recurso educativo de gran interés.
Posterior a esta, encontramos la sala de ¨El Valle de los Íberos¨, donde podemos disfrutar un recurso audiovisual de corta duración que trata sobre el Santuario ibérico de la Luz, sin duda un gran recurso especialmente pensado para el público mas joven. También encontramos algunas reproducciones de material ibérico en un intento por acercarnos a este mundo. A su vez, encontramos también carteles expositivos que dan pequeñas pinceladas referentes al mundo ibérico, tales como sus poblados, sus necrópolis, así como los exvotos de bronce que aparecieron en la Luz.
Para una mayor facilidad al lector, yo mismo he ido realizando alguna serie de entradas referentes a todo esto, fácilmente accesibles a través de la categoría ¨Mundo Ibérico¨.
Justo después encontraríamos la sala del ¨Recogimiento del Alma¨.
Por un lado, un marco expositivo dedicado al mundo eremita, en los que se da un papel destacado tanto al Convento de Santa Catalina del Monte como a la Ermita de San Antonio el pobre, siendo ambos enfocados como parte de un impresionante lugar con una singular riqueza arqueológica cuyo entorno inmediato esta compuesto por ¨el Cabecico del Tesoro¨ y el Castillo de la Luz (s.XII).
El Convento de Santa Catalina del Monte fue construido entre 1789 y 1805 por Mateo Gilbert, y en principio, este era residencia de verano para los obispos de Cartagena
El conjunto arquitectónico de dicho convento franciscano comprende el Palacio Episcopal de verano, el jardín y el huerto. En el jardín se conservan una serie de columnas de mármol blanco con capiteles jónicos, dispuestas formando una exedra, así como varias piedras de molino. Está rodeado de tapia con verja y puerta.
(Foto fuente: regmurcia.com)
La Ermita de San Antonio el pobre, construida en 1735, se trata de un edificio mas modesto que el anterior, aunque también tiene una indudable significación histórica. Este tiene una planta cuadrada con las esquinas achaflanadas, cubierta por bóveda de arista de ocho plementos y una cubierta exterior octogonal.
(Foto fuente: allyouneedinmurcia.com)
Sus orígenes se remontan a la existencia del ermitaño llamado Juan el Pobre, muy relacionados a la fundación del Convento de Santa Catalina del Monte.
Tanto La ermita como el Convento fueron testigos durante años de una tradición muy arraigada en Murcia: la bendición del gusano de seda. Año tras año se llevaba la simiente del gusano a la ermita de San Antonio el Pobre para que fuese bendecida. La romería y la ceremonia se realizaban el primer viernes de marzo.
También el convento estará integramente ligado a la romería que se venía dando desde el s. XVII, cuyo fin era la bendición del gusano de seda, la cual tras mucho tiempo perdida, será recuperada desde 1975.
Por otro lado, también encontramos referencias a las fortificaciones musulmanas del siglo XII que se dieron en las inmediaciones del Gaudalentín. Cabe decir pare entender esto último que Murcia fue una importante ciudad musulmana y era precisamente este río el que marcaba la frontera entre lo cristiano y no musulmán, motivo por el cual se dan dichas fortalezas, ya no solo como defensa del territorio, sino también del mismo agua, bien muy preciado en nuestra región desde estas fechas hasta la actualidad.
Ejemplos de estas fortalezas son la de Monte-agudo y la de la Luz o Verdolay.
(Foto fuente: regmurcia.com / allyouneedinmurcia.com)
Por último, la sala del Recogimiento del Alma se cierra con el espacio expositivo del Santuario de la Fuensanta, la cual cuenta con numerosas imágenes que muestran con claridad lo emblemático del lugar.
Se destacan los eventos de la ¨romería¨y el ¨día del monte¨, los cuales están íntegramente relacionados con este Santuario, así como la tradición religiosa del lugar se ve clarificada en este lugar, viendo el Santuario Ibérico de la Luz o la antigua Basílica Paleocristiana de Aljezares, en su entorno mas cercano. Todo esto viene a confirmar la utilización religiosa del lugar a lo largo del tiempo, completada con el Convento Franciscano de Santa Catalina del Monte y el Palacio Episcopal antes mencionados, los cuales tras la guerra civil pasarán a formar parte del Convento Franciscano.
Citar también que cuenta con un recurso audiovisual, el cual facilita bastante la visita, haciéndola mas entretenida y enriquecedora.
Por último, encontramos la última sala, la cual trata del ¨Mundo de la seda¨.
En esta se desenmascara todo el proceso para la cría del gusano, los métodos dados para conseguir la seda y para su posterior mantenimiento, comercio y utilización.
Esta sala es visualmente muy atractiva pues podemos ver reproducciones a gran escala de los gusanos, así como los utensilios conservados íntegramente ligados con este mundo, que se dio precisamente en las cercanías de este lugar.
CENTRO DE INTERPRETACIÓN SANTUARIO IBÉRICO DE LA LUZ 